¿Han mejorado las prácticas del Ejército mexicano en materia de los Derechos Humanos?

En esta entrada
EN BREVE
  • La Encuesta de Población Privada de la Libertad 2021 (ENPOL) del INEGI muestra una reducción en las personas que sufren agresiones físicas después de la detención por parte del Ejército mexicano entre 2012 y 2018.
  • La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) registra la disminución del número de quejas donde la autoridad señalada es el Ejército. Los niveles, aún altos, son comparables con las fuerzas policiales.
  • A pesar de la caída en las quejas, las Fuerzas Armadas siguen siendo las instituciones que vulneran más los Derechos Humanos de las personas en México, sobre todo en el caso de violaciones graves a Derechos Humanos como son asesinato, tortura y violencia sexual.
  • Se estima que 70 mil personas sufrieron agresiones físicas después de su detención por parte del Ejército entre 2007 y 2020.
  • Las mujeres representan una proporción cada vez mayor de las personas detenidas por el Ejército y es más probable que sufran violencia sexual.
  • La nueva Guardia Nacional es ligeramente más propensa a violar los Derechos Humanos de las personas detenidas, comparada con el Ejército.

El Presidente y el Ejército informan que el nivel de abusos cometidos por el personal castrense decreció en los últimos años, citando como evidencia el número de quejas registradas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH). Esto es importante, sin embargo, no hay información sobre los factores que pueden inhibir la interposición de denuncias y tampoco sobre el acceso de las personas quejosas al seguimiento y su valoración sobre los resultados de los procedimientos de investigación. Además, la gran mayoría de las quejas se resuelven durante el trámite, incluso cuando la autoridad emite una indemnización previa a las víctimas o sus familias.

Consideramos fundadas las dudas sobre cuán representativa es la cifra de las quejas con respecto a la realidad de los abusos. En esta entrada de Descifrando, exploramos una alternativa para evaluar si las prácticas del ejército mexicano en materia de los Derechos Humanos han mejorado con el tiempo.

Metodología

La Encuesta Nacional de Población Privada de la Libertad (ENPOL) es realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en los centros penitenciarios del país. A través de este estudio las personas privadas de su libertad reportan agresiones físicas que sufrieron después del momento de su detención; y se registra la autoridad responsable y el año en que ocurrió la detención.

Durante el ejercicio de 2021, se entrevistaron a 1 mil 579 personas privadas de la libertad como resultado de estar detenidas por el ejército mexicano entre 2007 y 2020. El tamaño de la muestra por año varía entre solo 17 personas detenidas en 2007, y 228 en 2011; el tamaño promedio de la muestra por año es 113 personas.

Con base en el número de detenciones realizadas por las distintas autoridades y la tasa de abusos reportadas por personas detenidas entre 2007 y 2020, es posible obtener un indicador del cambio de comportamiento del Ejército en materia de Derechos Humanos, que se puede comparar con datos de la CNDH.

¿Es verdad que el Ejército ha mejorado sus prácticas en materia de Derechos Humanos?

En el periodo 2007-2020 el Ejército mexicano fue señalado en 10 mil 712 quejas por presuntas violaciones a Derechos Humanos. En el mismo lapso, la institución realizó 106 mil 992 detenciones. Según la encuesta aplicada a personas privadas de libertad, casi dos tercios de ellas (63%) sufrieron una o más agresiones físicas después de la detención. Según el estimado anual basado en estas dos fuentes, más de 70 mil personas han sufrido violaciones a sus Derechos Humanos a través de agresiones físicas después de ser detenidas por el Ejército. Esto confirma que las quejas recibidas por la CNDH representan un registro limitado respecto a la verdadera frecuencia de los abusos cometidos por el Ejército.

Contrastando las tendencias, según la CNDH el Ejército redujo su nivel de abusos en 56% entre 2013 y 2018, comparado con el periodo 2007 a 2012. Hay variaciones anuales, pero la tasa de abusos después de la detención demuestra la misma tendencia general: una caída de 54% en los mismos periodos respecto a personas que reportaron una o más agresiones. Esto implica que la tendencia en abusos de los Derechos Humanos reportada por la CNDH en efecto es una representación de que el Ejército ha moderado sus prácticas.

En la gráfica superior se puede observar cómo la cantidad de agresiones reportadas por personas detenidas por el Ejército también disminuye con el tiempo. Entre 2007 y 2011 la mayoría de las personas reportaron haber sufrido cinco o más agresiones; entre 2016 y 2020 la mayoría reporta no haber sufrido ninguna.

¿Qué tipo de violencia es usada en contra de las personas detenidas?

La ENPOL identifica 14 distintos tipos de agresión física utilizada por las autoridades en contra de las personas detenidas, y muestra que en la mayoría de los casos el Ejército utiliza múltiples tipos de violencia en las personas detenidas.

Las agresiones reportadas por las personas detenidas por el Ejército desde diciembre del 2006 hasta el mismo mes del 2021 son, en orden de frecuencia mayor a menor, las siguientes:

Agresiones después de la detención identificados en la ENPOL

  1. Le patearon o golpearon con las manos (abiertas o cerradas)
  2. Ataron su cuerpo con sogas, vendas, cintas o cobijas; ataron alguna parte de su cuerpo a un objeto
  3. Le golpearon con objetos (palos, cacha de la pistola, la culata del rifle o cualquier otra parte de un arma de fuego, toletes, bastones, tablas, bates, etc.)
  4. Aplastaron su cuerpo o alguna parte de él con algún objeto o con el cuerpo de otra persona (lesiones por aplastamiento)
  5. Le impidieron respirar asfixiándolo(a), ahorcándolo(a) con una bolsa de plástico u otro objeto
  6. Le impidieron respirar o metieron su cabeza en agua o vaciándole agua en la cara (tehuacán)
  7. Le dieron descargas eléctricas (toques eléctricos, chicharra)
  8. Le lastimaron sus órganos sexuales (ano, testículos, pene o vagina) mediante golpes, descargas eléctricas, aplastamiento, cortaduras, o introducción de objetos
  9. Le agredieron mediante acoso sexual, manoseo, exhibicionismo o intento de violación
  10. Le quemaron (con objetos calientes, fuego u otra sustancia)
  11. Fue obligado(a) mediante violencia física o amenaza a tener una actividad sexual no deseada (violación sexual)
  12. Le hirieron por el disparo de un arma de fuego (lesiones por arma de fuego)
  13. Le encajaron agujas en dedos u otra parte del cuerpo
  14. Le hirieron con algún cuchillo, navaja u otro objeto afilado (lesiones con arma blanca)
  15. OTRA AGRESIÓN FÍSICA

En la gráfica a continuación, podemos ver reducciones en cada tipo de agresión física investigada por la ENPOL en los últimos tres sexenios presidenciales. No obstante, la mayor reducción ocurrió durante los primeros tres años de la presidencia de Peña Nieto; la frecuencia de abusos cometidos posteriores a la detención por el Ejército bajo el gobierno de López Obrador es parecida a la frecuencia entre 2016 a 2018.

A pesar de la reducción en la frecuencia y los distintos modos de la violencia ejercida, el Ejército realiza detenciones de miles de personas cada año y 30% de ellas sufren alguna forma de violencia como golpes (con manos, objetos o contra la pared o el piso) y el 12% sufre asfixia o lesiones causadas por descargas eléctricas, quemaduras, cuchillos, armas de fuego o con violencia dirigida a sus genitales (personas detenidas entre diciembre 2018 y diciembre 2021).

De los 105 mil 351 personas detenidas por el Ejército entre 2007 y 2021, 8 mil 27 (7%) son mujeres (SEDENA: Solicitud de acceso a la información con folio 330026422000928, realizada por INTERSECTA). Entre 2020 y 2021, la proporción de personas detenidas que son mujeres ha sido notablemente más alta: 11%. Según la ENPOL, también es muy común que las mujeres sufran agresiones después de la detención por el Ejército: 46% de ellas, comparado con 55% contra los hombres. Sin embargo, la probabilidad de que las mujeres sufran agresiones sexuales es mucho más alta: de las mujeres detenidas por el Ejército entre 2007 y 2021, el 18% reportó acoso sexual o intento de violación y el 5% reportaron haber sido violadas (comparado con el 3% y 2% de hombres, respectivamente). Además, el 23% de las mujeres informan haber sido desvestidas en algún momento después de la detención, comparado con el 31% de los hombres.

¿Cómo se compara el Ejército con otras fuerzas de seguridad?

El Ejército no es la única fuerza que ha moderado sus abusos a través del tiempo; la ENPOL revela cambios con respecto a todas las instituciones armadas federales entre 2007 y 2020.

La siguiente gráfica muestra que entre 2007 y 2012 más del 80% de las personas detenidas por el Ejército, la Marina y la Policía Federal reportaron una o más agresiones, entre 2016 y 2020 son alrededor del 40% para el Ejército y la Policía Federal, y el 50% en el caso de la Marina. La nueva Guardia Nacional es ligeramente más propensa a violar los Derechos Humanos de las personas detenidas, comparada con el Ejército. La gráfica confirma que la violencia física en contra de las personas detenidas por las instituciones de seguridad es un hecho cotidiano en México.

Conclusiones

Aunque el sistema de quejas a la CNDH es un mecanismo imperfecto para medir el desempeño del Ejército en materia de Derechos Humanos, la comparación con otra fuente también imperfecta como la ENPOL indica que es posible usarlo como medida de la tendencia general. Según ambas fuentes, el Ejército mexicano ha realizado mejoras importantes en materia de respeto a los Derechos Humanos, sin embargo, en el caso de las detenciones supera a las instituciones policiales (estatales y municipales), muchas de las cuales no han mejorado sus prácticas con el tiempo. 

Sin embargo, el uso de violencia después de la detención sigue siendo una práctica sistemática en todas las instituciones de seguridad – incluso en el Ejército. También es preocupante que este y otros tipos de abusos ocurran en condiciones de impunidad. 

Escuchar más sobre impunidad:

Para eliminar esta impunidad que permite los abusos, se requiere un mecanismo de supervisión externa, sobre todo uno con la autoridad de investigar la participación de las Fuerzas Armadas en la seguridad pública.

Los datos históricos demuestran que en las primeros años de la guerra contra el narcotráfico, el despliegue del Ejército en tareas de seguridad pública, al parecer sin límites y sin duda con amplios márgenes de impunidad, resultó en violaciones a los Derechos Humanos de las personas en una escala que desconocemos; de cualquier manera, en el caso de las personas detenidas, podemos estimar que hubo 70 mil víctimas del Ejército entre 2007 y 2020.

Cabe enfatizar que, no obstante la reducción en los registros mencionados, las Fuerzas Armadas siguen siendo las instituciones de seguridad que vulneran más los Derechos Humanos de las personas en México, sobre todo en el caso de violaciones graves como asesinato, tortura y violencia sexual. Las personas privadas de la libertad sólo representan una de las poblaciones afectadas por las Fuerzas Armadas; para nombrar solo un ejemplo, entre 2007 y 2021 el Ejército reportó 5 mil 244 personas civiles fallecidas y 982 heridas en agresiones, y la responsabilidad de resguardar evidencia y reportar abusos recae sobre el mismo Ejército

Finalmente, una reducción en el registro de violaciones a los Derechos Humanos no implica que las Fuerzas Armadas ahora son capaces de realizar funciones policiales en tareas de prevención y de investigación. En el mismo periodo que la ENPOL y la CNDH indican menores tasas de abusos cometidos por el Ejército, también ha habido reducciones importantes en el número de enfrentamientos, personas detenidas y la cantidad de armas de fuego incautadas

Hoy en día, el nivel de violencia armada en México sigue en parámetros históricamente altos. En estricto sentido, no queda claro en qué grado el Ejército ha mejorado su relación con los Derechos Humanos y hasta dónde los datos representan más bien cambios en el tipo de actividades que realiza. En todo caso, sigue sin evidencia de soporte la idea de que el despliegue de militares logrará mejores condiciones de seguridad a lo largo del tiempo.