¿Qué hace la Guardia Nacional? Resultados a la baja

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El próximo gobierno federal ha anunciado sus planes para la Guardia Nacional (GN): se mantendrá el proyecto, con una posible reforma constitucional para transferirla a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA). Sin embargo, cinco años después de su creación, ¿qué sabemos realmente sobre sus actividades y cuál es su papel entre todas instituciones civiles y militares involucradas en la seguridad pública?

En esta entrada de Descifrando discutimos estas preguntas utilizando los datos oficiales reportados por la GN, los censos de seguridad pública federal y estatal del INEGI y solicitudes de acceso a la información pública.

En nuestro análisis destacan tres observaciones:

  1. Según sus propias cifras, la GN reporta muy pocos resultados en comparación con otras instituciones de seguridad; revisando varias métricas, su efectividad ha disminuido con el tiempo.
  2. Existe falta de consistencia entre las distintas fuentes de información proporcionadas por la GN, especialmente en términos de transparencia pública, lo que impide un análisis detallado y la verificación de la veracidad de los datos reportados.
  3. A pesar de ser una fuerza militarizada, capacitada, equipada y dirigida por el Ejército Mexicano, la Guardia Nacional no ha logrado sustituir a las actividades de las propias fuerzas armadas en materia de seguridad pública. 

¿Cómo se comparan los resultados de la GN con otras fuerzas de seguridad?

Las cabezas de la GN y las Fuerzas Armadas celebran que la primera ha contribuido el 47% del ‘esfuerzo nacional en seguridad pública’. El Esfuerzo Nacional es un concepto introducido por el gobierno de Felipe Calderon Hinojosa (2006-2012), aunque en ese entonces se llamaba el ‘esfuerzo nacional en la lucha contra el narcotráfico’.

Existen dos problemas con los resultados reportados bajo el Esfuerzo Nacional:

  1. Es una medida de la respuesta militarizada al narcotráfico y no se acerca a una medida reconocida de la seguridad.
  2. Excluye a todas las fuerzas policiales del país: solo incluye resultados reportados por el Ejército y Fuerza Aérea, la Marina y la Guardia Nacional.

Es importante destacar que en este Descifrando no se pretende evaluar la contribución de la Guardia Nacional en cuestiones de seguridad, sino entender qué hay detrás de los números utilizados por el gobierno para justificar la estrategia militarizada. Por lo tanto, es sorprendente ver cómo la GN, desde sus propios informes, resulta menos eficaz no solo que los militares, sino que las Policías Estatales. 

Como veremos a continuación, los resultados reportados por la GN varían significativamente, según la fuente, si bien las cifras más altas de efectividad se encuentran en sus informes anuales, disponibles para los años 2020 a 2022. Es posible comparar estos informes con los de las policías preventivas estatales mediante el Censo Nacional de Seguridad Pública Estatal (CNSPE, INEGI) y con los del Ejército Mexicano, a través de solicitudes de acceso a la información. A pesar de las diferencias entre las fuentes, se pueden comparar resultados como: personas detenidas (aprehendidas y puestas a disposición ante las autoridades correspondientes), armas de fuego incautadas, agresiones armadas contra personas civiles y kilogramos de drogas aseguradas.

En la siguiente gráfica podemos observar que, en promedio, cada efectivo de la GN desplegada reporta muy pocas detenciones: 0.071 por año, en comparación con 1.6 personas detenidas anualmente por un miembro de la Policía Estatal Preventiva. Además, la Guardia Nacional asegura menos armas de fuego y menores cantidades de drogas como cocaína, heroína y metanfetaminas, a pesar de tener una formación militarizada para enfrentar fenómenos delictivos de alto impacto, lo cual, se supone, mejora las competencias profesionales. Incluso en estas áreas, la GN es superada por los miembros del ejército desplegados en actividades de seguridad pública.

¿Qué tan confiable es nuestra información sobre la GN?

Existen tres fuentes principales de información sobre las actividades de la GN:

  1. Informes anuales: Presentados al año siguiente de las actividades realizadas, ofrecen datos generales para todo el año y para toda la República.
  2. El Censo Nacional de Seguridad Pública Federal (CNSPF, INEGI): Disponible también al año siguiente, proporciona datos desagregados a nivel estatal. 
    Solicitudes de acceso a la información pública: Estas solicitudes se procesan en un mes y proporcionan datos desglosados por fecha específica, estado y municipio.

En teoría, la información obtenida a través de solicitudes de transparencia debería ser más útil para un análisis profundo de las actividades de la GN y más confiable, debido a su mayor nivel de desagregación, lo que permitiría compararla con otras fuentes como las notas de prensa. No obstante, no existe consistencia entre los datos presentados por las tres fuentes principales: las cifras más altas suelen aparecer en los informes anuales, seguidos por los datos proporcionados al INEGI.

En la información presentada por la GN a través de solicitudes de transparencia, se observa la ausencia de entre el 9% y el 85% de los resultados reportados en sus informes anuales. Esta discrepancia no es consistente entre las distintas métricas, lo que genera importantes preguntas sobre la administración de la institución y la veracidad de la información que presenta al público. Por ejemplo, un tercio de las detenciones reportadas por la GN vía transparencia ocurrieron por ‘faltas administrativas’; ¿cuántas de las detenciones reportadas en sus informes anuales ocurrieron por la misma razón?

¿Con una GN militarizada, el ejército se ha retirado de la seguridad pública?

La conducción militar de la GN no ha sido orientada a reducir la presencia de efectivos castrenses en la seguridad pública, como lo ordena la Constitución; de hecho, ha ocurrido justo lo contrario.

La siguiente gráfica muestra que el ejército ha desplegado cada vez más personal en tareas de seguridad pública. Considerando que la SEDENA ha asumido el mando operativo de la GN y contrata a la mayoría de su personal, ha existido un incremento significativo en el número de miembros desplegados en estas funciones.

Simultáneamente, los informes anuales de la GN indican una disminución entre sus actividades entre 2020 y 2022, especialmente en el número de personas detenidas y en otros indicadores, como armas incautadas. En contraste, el Ejército ha registrado un aumento exponencial en la cantidad de personas detenidas. Si la GN debería estar en una etapa de consolidación durante este sexenio, ¿por qué se observan resultados decrecientes en sus reportes?

¿Cuál es el perfil de los delitos atendidos por la GN?

Los censos nacionales de seguridad pública federal y estatal ofrecen la oportunidad de comparar los tipos de delitos por los cuales las personas son puestas a disposición de las autoridades judiciales, por parte de la GN y la Policía Preventiva Estatal, específicamente para los años 2021 y 2022.

Como mencionamos anteriormente, la Policía Estatal Preventiva detiene casi 23 veces más personas que la Guardia Nacional. Sin embargo, ¿podría ser que las Policías Estatales se concentren en un perfil de delitos diferente? La siguiente gráfica narrativa permite visualizar estas diferencias.

Una disparidad notable entre los delitos atendidos por la GN es su escaso involucramiento en robos que no son de vehículos o de hidrocarburos. Esto puede atribuirse a su rol como la autoridad encargada de la seguridad en carreteras federales, una responsabilidad heredada de la Policía Federal.

Lamentablemente, el CNSPF no obliga a la GN a reportar acciones investigativas dentro del sistema de justicia penal, como entrevistas a víctimas o testigos del delito. A pesar de esto, la GN reporta una actividad extraordinariamente limitada en la atención a víctimas, con solo 67 personas asistidas en 2022. La mayoría de sus detenciones ocurren en situaciones de flagrancia, probablemente debido a su presencia en patrullajes, retenes, aduanas y puertas de entrada del país, más que por su capacidad investigativa. Esto podría explicar los resultados limitados en la puesta a disposición por delitos como homicidio (15), secuestro (21), trata de personas (24) o violación (6) durante los años 2021 y 2022.

En cuánto a delitos relacionados con narcóticos, se detalla que una proporción relativamente mayor de sus detenciones están vinculadas con delitos de narcomenudeo o narcotráfico, no solo por posesión sencilla de sustancias ilícitas. Respecto al tipo de armas de fuego encontradas, un posible indicador del tipo de delincuencia más atendida, es notable que la GN se sitúa entre el Ejército y la Policía Estatal. Entre 2020 y 2022, 46% de las encontradas por la GN, fueron armas largas como rifles de asalto, comparado con 67% del Ejército y el 30% de la Policía Estatal.

Conclusiones

Los gobiernos federales sucesivos han reconocido la urgente necesidad de reforzar las policías, pero en realidad han optado por la vía militar, mientras que las corporaciones policiales carecen de inversión, son militarizadas por iniciativas como la Policía Estatal Acreditable o desaparecidas a través de otras iniciativas, cómo el Mando Único. Durante el presente sexenio se ha reducido el estado de fuerza policial, mientras que en 2022 por lo menos 11 estados contaban con más militares desplegados que policías operativas.

Según el Modelo Nacional de Policía y Justicia Cívica, la GN “busca combatir los delitos más graves y al mismo tiempo ser subsidiaria con los gobiernos estatales y municipales, considerando las limitaciones en los estados de fuerza con los que cuentan.” Esto indicaría que es una respuesta del gobierno a la prolongada participación de los militares en seguridad pública y la falta de desarrollo histórico de las fuerzas policiales.

No obstante, después de cinco años de la GN, el Ejército Mexicano está más activo que nunca y aún más involucrado en delitos relacionados con el narcotráfico. Además, ella no ha tenido la oportunidad de ejercer un liderazgo independiente, ya que sigue bajo el mando operativo de la SEDENA.

En cuanto a las instituciones policiales, la evidencia apunta a que reciben el apoyo subsidiario de una GN que no es capaz de cumplir su función, tanto por los escasos resultados reportados por su propios métricas de evaluación, como por la falta de pruebas sobre su capacidad para investigar delitos y colaborar efectivamente en el proceso penal.

Si el valor de la Guardia Nacional consiste en su presencia disuasiva y reactiva, la realidad es que mantiene un rol de seguridad pública cada vez más débil, siendo principalmente utilizada en tareas de prioridad a nivel nacional como la atención al robo de combustible, criminalización a la migración irregular o servicio en aduanas, en cuyos casos igualmente las fuerzas armadas han tenido un papel más activo.

Considerando la urgente necesidad de fortalecer a las corporaciones policiales, mejorar el funcionamiento del sistema de justicia penal y aumentar la inteligencia y coordinación en seguridad, la falta de evidencia sugiere que priorizar una GN militarizada no debería ser una política de seguridad esencial.