Introducción
Al inicio del semestre pasado no tenía claro qué quería hacer para mi servicio social ni que implicaría. Honestamente, antes del tianguis de servicio social no sabía que existía el Programa de Seguridad Ciudadana (PSC) de la Ibero. Sin embargo, después de haber estado colaborando ahí durante los últimos 6 meses, puedo decir con alegría que fue una experiencia muy enriquecedora y un espacio donde aprendí mucho.
Al principio, durante mis entrevistas, recuerdo haber preguntado de qué trataba el Programa y qué buscaban del alumnado del diseño. Me explicaron que era un Programa enfocado en promover el paradigma de la seguridad ciudadana en el país. Inicialmente pensé que solo se trataba de la policía o crímenes, pero conforme avanzaba con mis actividades, entendí lo complejo y profundo que puede ser la seguridad en el contexto mexicano.
Descubrí que varios de mis valores se alineaban con los del PSC, aunque nunca antes había estado muy involucrada en estos temas. Conceptos como el antipunitivismo, la justicia restaurativa, alternativas a la militarización y la seguridad en comunidad resonaron profundamente conmigo, y por eso decidí hacer mi servicio social en el PSC.
Conceptos como el antipunitivismo, la justicia restaurativa, alternativas a la militarización y la seguridad en comunidad resonaron profundamente conmigo
Podcast “Seguridad en Comunidad”
En cuanto a mi proyecto principal, tuve la suerte de desarrollarlo junto con mi compañera Mariana, también de la carrera de Diseño de Productos y Experiencias. Al principio no sabíamos qué hacer, pero finalmente nos decidimos por producir episodios para un segmento del podcast del PSC llamado: Seguridad en Comunidad, en el que investigamos y hablamos sobre casos de personas defensoras de territorios, derechos humanos, activistas y periodistas que han sido perseguidos y perseguidas por sus luchas sociales.
Antes de unirme al PSC, ya había atravesado momentos de desesperanza y pérdida de fe en la situación del país. Las constantes noticias sobre tragedias, las alarmantes estadísticas de feminicidios, los crímenes de odio y la clase política mexicana, que parece priorizar únicamente sus intereses personales, forman parte de una narrativa casi cotidiana que resulta emocionalmente agotadora. Además, estas noticias generan un problema aún más profundo: la desensibilización. Las personas afectadas dejan de ser percibidas como individuos con historias y vidas propias, convirtiéndose en simples números. Esta normalización de la tragedia ha hecho que muchos dejen de sorprenderse ante estas realidades, aceptándolas como parte de lo cotidiano
Por eso, en nuestro proyecto principal, decidimos crear un segmento del podcast para dar mayor difusión a casos similares, tanto recientes como del pasado. Más allá de visibilizar estas historias, nuestro objetivo era humanizar a las víctimas y hablar sobre las luchas en las que creían y que defendieron. Este podcast también me devolvió algo de esperanza, al recordarme que algunas luchas sí logran cambios significativos y que el esfuerzo colectivo puede transformar el mundo.
Cherán K’eri
El caso que más me impactó fue el de la comunidad de Cherán K’eri, una comunidad que, tras años de enfrentarse a talamontes ilegales, al crimen organizado y a la incompetencia de la policía y las fiscalías, decidió tomar un camino monumental: se emanciparon del sistema de gobierno nacional y establecieron un gobierno autónomo basado en sus tradiciones y costumbres. Lo cual, me recordó que el cambio es posible y que no debemos conformarnos con lo que se nos impone simplemente porque “así han sido siempre las cosas”.
El cambio es posible y que no debemos conformarnos con lo que se nos impone simplemente porque “así han sido siempre las cosas”.
Hubo momentos en los que sentí indignación al ver cómo las instituciones gubernamentales, que en teoría deberían protegernos, podían ser tan indiferentes ante temas tan sensibles como las desapariciones forzadas y los asesinatos de personas inocentes.
Para concluir, quiero agradecer a Karime Aguilera y Ana Guzmán por darnos la libertad de desarrollar nuestros proyectos desde nuestra propia visión y por interesarse en nuestras opiniones, en lugar de solo asignarnos tareas a seguir. El Programa de Seguridad Ciudadana de la Ibero, coordinado por Ernesto López Portillo, es un espacio extraordinario, lleno de personas genuinamente interesadas y comprometidas con estos temas. Si tienen la oportunidad de hacer su servicio social aquí, les prometo que aprenderán mucho. Y si no, los invito a conocer más sobre lo que hacen.